viernes, 2 de febrero de 2024

Busca a alguien que...

Busca a alguien que te mire como si fueras agua en el desierto. Que te diga que te piensa en sus mejores momentos y que quiera bailar contigo aunque esté todo en silencio. 
Alguien para quien no seas una mitad, ni un pedazo de cielo, sino un firmamento de estrellas o un universo completo. 
Busca a alguien que ya se haya roto y recompuesto para que sus cicatrices y las tuyas pinten un lienzo perfecto. Nada de corazones rotos que van esparciendo pedazos. Nada de amores a medias, nada de medias verdades y nada de medias promesas.
Alguien que te priorice, que no solo te quiera a ratos, que te haga cosquillas de noche y sonreír por la mañana. Que se enfrente a tus fantasmas del pasado y a tus miedos del momento. Que te tape con la manta cuando te quedes dormida en el sofá o te despierte para llevarte de la mano hasta la cama. 
Alguien que te pregunte si has llegado bien a casa, si ya te has sentado a comer o qué demonios te pasa. Y que te escuche contar tu enfado de siempre como si fuera la primera vez, mientras te mira sin decir nada.
Alguien que te enseñe que aunque no sepas nadar no vas a ahogarte mientras no pierdes la calma y te prepare chocolate caliente cuando llegues helada a casa o palomitas de maíz para pasar una tarde de domingo viendo una peli bajo la manta.
Busca a alguien que te anime a cumplir tus metas y proyectos como si fueran suyos. Alguien que te motive a no abandonar la dieta que empiezas cada semana pero que a su vez te recuerde que con esos kilos de más, estás igual de guapa. Que sepa cuál es tu vino favorito, tu color preferido  y el perfume que te gusta. Alguien que conozca tus defectos, los miedos que te acechan y las cosas que te asustan.
Alguien que te presuma con orgullo y que te mire de la misma manera cuando te levantas bostezando que cuando te arreglas para salir de fiesta.
Pero sobre todo, busca a alguien que te quiera por como eres, con tus luces y tus sombras, con tus rotos y descosidos. Alguien que te elija cada día porque sólo quiere estar contigo.

martes, 2 de enero de 2024

Apostar por vivir

Voy a apostar por mi. Voy a confiar en mis sueños, en mis proyectos más ilusionantes, en mi resurgir. Quiero creer que hago lo correcto, que cuando eche la vista atrás pensaré que por qué no lo hice antes. Voy a jugármelo todo contigo 2024. Tú serás mi número de la suerte, tú serás  mi año de cambio. 
Me voy a lanzar a la piscina  siendo consciente de que está medio vacía, aunque haya quienes piensen que eso también significa que está medio llena. Todo depende de la perspectiva con que se mire pero yo no destaco precisamente por ser un derroche de positividad. 
Me ha costado muchísimo tomar la decisión de cambiar mi rumbo profesional en busca de algo mejor. Sé que para bien o para mal, todo va a cambiar, y pensarlo me provoca un nudo en el estómago. Mi manera de afrontar lo que se me viene encima es fundamental para que esta decisión sea lo más acertada posible, por eso lo único que te pido 2024 es fortaleza e ilusión. Fortaleza para superar todos los obstáculos e ilusión para no perder la motivación que me haga creer en mi y en mis capacidades.
Supongo que no será fácil pero estoy convencida de que la decisión más equivocada que tomamos en la vida, es la de conformarnos con estar, aunque sea en el lugar equivocado. Acomodarnos a lo que llamamos "zona de confort", cuando en realidad no existe nada más incómodo que estar donde sentimos que no queremos estar o donde ya no debemos estar,  por los motivos que sea. Quizás simplemente porque ha acabado un ciclo, porque nuestras necesidades cambian o porque comenzamos a entender que la vida no tiene segunda parte y por tanto, hay que vivirla sin ensayos.
No es una cuestión de creer que existen lugares ideales, sólo de sentir que, aún sin ser el lugar perfecto, estamos a gusto. Eso compensa las dificultades y los malos ratos que siempre van a estar presentes en cualquier ámbito, porque forman parte de la vida. 
Por primera vez en años aparto el miedo a un lado, aunque su sombra me acompaña y me pisa los talones, para buscar una luz al final de un camino cuyo recorrido me tiene agotada física y psicológicamente. Me autoconvenzo de que estoy al final de un proceso personal que ha sido muy oscuro pero desconozco qué es lo que voy a encontrar al otro lado del túnel y me aterra caer al precipicio de lo que yo pensaba sería liberador. Si eso sucede, recuérdame 2024 que siempre podré inventarme unas alas nuevas para seguir volando y ayúdame a encontrar espacios de aterrizaje cuando necesite descansar.
La incertidumbre me acompaña, acampa a sus anchas en mis pensamientos, duerme sobre mi almohada y me abraza en muchos momentos del día, pero no quiero seguir pensando que no luché por cambiar mi destino, aún con todos los vientos en contra. 
Decidir es apostar. Apostar es un riesgo. Los riesgos provocan miedo. El miedo paraliza y paralizados es imposible avanzar, crecer, evolucionar.
Una persona me ha deseado suerte diciendo que estoy apostando mucho, y yo quiero creer que la peor apuesta de mi vida sería no jugármela por intentar ser un poco más feliz. No hablo de la felicidad efímera que dan las cosas materiales sino de esa sensación de levantarte cada día con ganas de vivir. Creo que apostar por vivir es la única apuesta en la que vale la pena jugárselo todo.

miércoles, 22 de noviembre de 2023

Todo pasa.


Aquel día me caí. Tropecé porque no vi la piedra. La había movido tantas veces de lugar, que olvidé que estaba allí. Es lo que tiene mantener las piedras en el camino en lugar de retirarlas cuando empiezan a estorbar.
Y me hice daño, se me pelaron las rodillas pero también se me peló el alma. Dolía mucho, como cuando te golpeas el dedo meñique del pie contra la cama. De repente todos tus zapatos aprietan porque el dolor se concentra en ese punto y sientes que ya no son de tu talla. Hasta que se cura.
Igual pasa con el alma cuando se abren las costuras. Duelen los pliegues, sientes que te desangras, pero de repente un día duele menos hasta que se endurecen las llagas. 
Durante ese proceso te rompes, te desarmas, te recolocas...pero una mañana te levantas y te sorprendes haciendo planes. Aireas los cajones para organizar nuevos proyectos, ordenas las emociones y tiras a la basura  lo que ya no sirve, incluida tu colección de piedras.
Y sí,-"todo pasa"- como me dijiste. Ahora te toca a ti buscar un zapato que no te apriete y ventilar las ranuras del alma. Posiblemente encontrarás otras piedras y te saldrán otras llagas, pero de todo se sale, de todo se aprende, todo pasa y lo que nos pasa, consigue hacernos más fuertes.
Ya sabes lo que dice el refrán: "caerse está permitido, levantarse es de valientes".

P.d: este texto está dedicado a mi persona favorita, al hombre de mi vida, mi hermano. 

martes, 21 de noviembre de 2023

Nuevos paisajes

De tanto ir y venir dejamos de ver el paisaje,
se perdió la emoción del viaje y el camino dejó de existir.
Fuimos perdiendo las ganas entre palabras vacías, 
noches de camas frías y ausencias cada vez más presentes. 
Se nos escurría el amor como se escurren los sueños, 
que nunca pudimos cumplir por pasarnos el tiempo durmiendo.
El viaje ya se acabó, no tiene billete de vuelta, 
veremos nuevos paisajes y se abrirán otras puertas.
Que sepas que en mi vagón, quedó grabado tu nombre, 
porque hay historias que acaban pero que no las borra otro hombre.

sábado, 21 de octubre de 2023

Alas rotas

 

-“No tengo el día"-es la frase que más he repetido hoy. Pero mientras conduzco de camino a casa, me doy cuenta de que ni hoy, ni ayer y probablemente ni durante los últimos tiempos "haya tenido el día", porque mis días sólo son fechas en el calendario. 

No sé si ha sido casualidad pero mi estado de whatsapp resume muy bien cómo me siento y después de algunas horas analizando la frase, me he topado con la verdad. 

Tanto tiempo viendo barrotes, cuando en realidad soy yo quien tiene las alas rotas. Lo peor de todo, es que no sé cómo se curan ni dónde se reparan.